Este mes de julio Patagonia, marca de ropa outdoors sustentable y referente global en la lucha contra el cambio climático, lanzó El monstruo en nuestro clóset (The Monster In Our Closet), un documental de visualización gratuita en YouTube, con subtítulos en español, que pone el foco sobre cómo los plásticos, esenciales para fabricar ropa duradera y de alto rendimiento, están acelerando la crisis medioambiental, desde los combustibles fósiles utilizados para fabricar materiales como el poliéster hasta la contaminación por plásticos que se acumula una vez que la ropa ha sido desechada.
Dirigida por Nicole Gormley y Kathryn Francis, y a través de los ojos de un abogado, un reportero sobre el clima y un diseñador de Patagonia, El monstruo en nuestro clóset descubre los peligrosos hilos que conectan la industria de la ropa con la del petróleo y el gas, y lo que todos podemos hacer a nivel individual, empresarial y gubernamental para crear el cambio que nuestro planeta necesita.
El plástico persiste de forma indefinida en nuestro medio ambiente a no ser de que haya sido incinerado o lanzado al espacio en un satélite o una nave espacial. La mayor parte de las fibras plásticas —como el poliéster y el nylon— comienzan como crudo de petróleo, el que es destilado y procesado para crear las fibras en base a plásticos que usamos.
Las Naciones Unidas estiman que el 60% de la ropa usa este tipo de plásticos. Para 2030 se espera que sea un 73%. Las cifras son desoladoras. Actualmente desechamos más de 36 kilos de ropa por persona cada año, menos del 10% del plástico en los Estados Unidos se recicla, 16% se incinera y el resto se acumula en vertederos, emitiendo gases de efecto invernadero, impactando los hábitats de la vida silvestre y amenazando la calidad del agua y el aire. En México, las cifras son más alentadoras. De acuerdo a un estudio de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico, A.C. en el país se recicla el 30% de plásticos.
Si bien el reciclaje puede ofrecer una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con su contraparte petrolera. Pero sabemos que no es la solución. Reciclar aún requiere energía y genera su propia huella de carbono. Y luego, hay algunos sintéticos que aún no cuentan con soluciones de reciclaje adecuadas. Es por eso que para abordar realmente el problema global del plástico, se necesitará más que solo reciclar.
En la industria del vestuario, el plástico se usa para hacer productos más rápido, más baratos y a una mayor escala. La moda rápida está construida sintéticamente y por ello, su crecimiento ayudó a incrementar el uso de materiales en base a plástico como el poliéster.
Patagonia, se ha puesto la meta de eliminar el petróleo virgen en su cadena de suministro para el año 2025. La empresa se ha enfocado en reducir su dependencia de los plásticos vírgenes desde 1993, cuando comenzaron a hacer sudaderas con botellas de plástico recicladas, con lo que fue el primer fabricante de ropa para exteriores en transformar la basura en ropa.
Actualmente, la empresa usa plástico en la ropa para mantener la durabilidad y ofrecer elementos de performance decisivos —que pueden llegar a ser la diferencia entre la vida y la muerte— como la impermeabilidad y la absorción de la humedad. Es por eso que es probable que siempre haya plástico en algunos de sus productos. Pero su objetivo es reducir la dependencia de los plásticos vírgenes. Espera hacer al menos la mitad de sus materiales sintéticos usando flujos de residuos secundarios, materiales obtenidos de desechos textiles, basura plástica del océano o programas de recolección de botellas de regiones que no cuentan con sistemas de gestión de residuos.
Tal como muestra el documental El monstruo en mi clóset, las marcas juegan un papel importante en ayudar a cambiar la industria. Ellas pueden invertir en flujos de residuos secundarios; eliminar las fuentes de petróleo virgen de sus productos; alinearse con socios financieros comprometidos con una transición energética global; o también apoyar a organizaciones de base cuyas comunidades se ven más afectadas por la crisis climática.
¿Y los consumidores? Podemos rechazar el concepto de la moda rápida; comprar equipo responsablemente fabricado y durable, solo cuando sea necesario y también usado, para luego usarlo más, repararlo y pasarlo a alguien más cuando ya no lo necesitemos; preguntarle a nuestras marcas favoritas qué están pensando en relación a su uso del plástico y qué están haciendo para mitigar su impacto; o también elegir líderes que estén comprometidos con abordar la crisis climática a través de medidas específicas.
Acerca de Patagonia
Fundada por Yvon Chouinard en 1973, Patagonia tiene su sede en Ventura, California. Certificada como B-Corp desde diciembre de 2011 la firma sobresale como la primera del mencionado estado en alcanzar este logro; su misión es estar en este negocio para salvar nuestro hogar, el planeta Tierra.
Fuente: Patagonia
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